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Arquitectos: ALE Estudio
- Área: 365 m²
- Año: 2024
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Fotografías:Juan Aragonés
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Proveedores: Ceràmica Ferres, Cinca, Cortizo, Cubro
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La casa Botijo se ubica en una calle donde se intercalan casas bajas junto a naves industriales de principios del siglo XX de pequeño tamaño. Se trata de un barrio dentro del barrio, con una escala reducida.
El ladrillo rojo es el material predominante que colorea la calle. Su cerámica envuelve tanto las casas bajas como las naves industriales configurando un paisaje homogéneo a pesar de la diversidad de usos.
El proyecto recoge los elementos que caracterizan el entorno: los materiales como son el ladrillo, pero también el hormigón visto y el acero galvanizado que, aunque en menor grado, también salpican las construcciones de la zona. De esta mirada atenta surge la pieza más emblemática del conjunto, una celosía cerámica tras la que se esconde el núcleo de escaleras. La celosía en fachada aparece como una gran costura de fábrica de ladrillo que se entrelaza con la del edificio vecino.
La planta de acceso se libera para uso común, de esta forma se crea un espacio intermedio donde sentarse a convivir. La escalera se propone como una continuidad del esparcimiento y de la actividad relacional entre los habitantes de las distintas viviendas. La celosía protege del golpe directo del sol, y la luz entra tamizada y juega a proyectarse y a generar sombras cambiantes sobre las paredes esmaltadas del interior.
Tras la escalera del edificio se sitúan los baños dentro de una banda compacta liberando el resto del espacio de las viviendas. La distribución sigue un esquema en T que organiza tres espacios de diferentes dimensiones con mucha flexibilidad para habitarlos y cambiarlos a lo largo del tiempo.
El techo de las viviendas, acabado con hormigón visto alcanza una altura de 3,20 metros. Esta altura libre proporciona mayor sensación de amplitud y facilita, además, el recorrido del aire para la ventilación cruzada.
Un gran ventanal que ocupa todo el frente de cada vivienda atrapa la luz del sur y calienta la estancia principal. La intensidad se reduce con un toldo enrollable imitando los de los edificios colindantes. Cada vivienda tiene además una terraza. En el interior de las viviendas, el pavimento de linóleo y la madera en los acabados, contrastan con el hormigón, el ladrillo o el acero galvanizado del exterior, y dan calidez a las estancias.
La gran inercia térmica del conjunto, gracias a los más de 10cm de espesor del aislamiento de la envolvente y a la resistencia térmica de las carpinterías; la ventilación natural cruzada que recorre de norte a sur cada vivienda y que, gracias a la altura, completa el ciclo de renovación del aire con mayor rapidez y eficacia; el acceso de luz en todas las estancias junto con la protección solar regulable; o el uso de un suelo radiante-refrescante con producción de energía aerotérmica, garantizan tanto un bajo consumo energético como una reducida demanda.